sábado, 5 de diciembre de 2009

CENIZAS

La soledad en mi existir tiene sabor a sangre en mi boca, la desolación me invade y esta tristeza casi hace derramar lágrimas.
Mis viejas creencias caen ante mí. Un nuevo sendero, difuso e incierto se abre ante mi, ¿Ese es el camino?. Mi mente me agobia con tantas preguntas contundentes e hirientes, yo aún no tengo las respuestas. ¿Y mis sentimientos…? Son como la mariposa de la polilla, volando hacia la luz de la luna que la atrae tanto pero en el camino su triste destino le de el fin.
Otra vez la tristeza invade mis ojos; y mi corazón es un caminante sin rumbo, un errante a través del desierto del verdadero amor.
Imágenes corren, sonidos retumban, son saetas contra mi corazón, que no encuentran la explicación al ¿Por qué? Si acaso hay una respuesta que calme mi ansiosa y voraz mente o por lo menos que acalle un poco su grito descontrolado y perturbante.
Recuerdo que si he tenido unos intentos de “respuestas” que las he puesto en práctica y lo único a lo que llegue de conclusión es que no tengo que cambiar mi personalidad, ni mi apariencia, que no son más caras, soy yo, antagónico como siempre, conservador - atrevido, callado – locuaz, alegre – apático…
Tanto pensar me ha agotado, iré a reposar, mi cuerpo descansará pero mi mente seguirá desatando nudos gordianos.

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