(SIN TITULO)

No hay necesidad de llorar, solo tenemos que decir adiós. En esta noche de estrellas, no debes olvidar que siempre te amaré, pero llegó la hora en que te tengo que dejar, no puedo pelear contra tus fantasmas, tu pasado es más fuerte que la realidad.
Maldita sea, odio el amor, no se controlarlo, de que sirve pensar, si el corazón se subyuga por su pesar. Quiero llorar, mis lágrimas humedecen mis ojos; pero el pensamiento seca mi alma. Contener la angustia, soportar la presión, hacer desaparecer las cosas es ahora mi vivir; soñar en las formas, despertar en los desierto, creer en las ninfas, desconocer el amor, nacer con cuerpo, existir sin alma, ser frágil pero flexible con el dolor, soportar tu castigo, amar tu olor; no puedo tenerte lejos, sin extrañarte mi dolor, cada minuto clavas ardor; pertenecer al fuego, adorar el agua, apetecer el aire, dominar la esencia, cada cual se desvanecía con cada mira, mi crisol; tu credo quisiera tener, pero en la lucha del viento en el pétalo, sucumbirá la danza de la armonía del caos, amada mía, cuando debo soportar tenerte a mi lado y hablar a través de las paredes espectrales sin poder acercarme, sin poder acercarme a ti y robarte un eso, sin que se desmorone nuestro mundo; hacerte mía bajo la protección de tu Venus; perpetúame en el olvido de cada recuerdo, ser dueño de tus suspiros y esclavo de tus deseos.